El pigmento amarillo más antiguo es el amarillo ocre, el cual se encontraba entre los primeros pigmentos utilizados por los humanos. Los egipcios y el mundo antiguo hicieron amplio uso del oropimente mineral para lograr un amarillo más brillante que el amarillo ocre.   En el Medioevo, los europeos fabricaban amarillo de plomo y estaño. Luego importaron el amarillo de la India y redescubrieron el método de producción del amarillo de Nápoles, que era utilizado por los egipcios. La química moderna llevó a la creación de muchos otros tonos amarillos, incluidos los amarillos cromo, cadmio, limón y cobalto.

Como un rayo de sol, el Amarillo tiene un efecto positivo en el humor. Al amarillo se le atribuye la cualidad de estimular el intelecto y ofrecer un sentimiento general de vitalidad.  El amarillo y el blanco son la pareja ideal para maximizar la luz y el júbilo.